jueves, 1 de octubre de 2009

Grooming: Buscan penar con la cárcel el ciberacoso



Quieren modificar el Código Penal para proteger a niños y adolescentes de adultos que usan la Web y el chat con fines sexuales


Los ciberacosadores suelen usar PC de locutorios, donde también captan víctimas personalmente


El ciberacoso, entendido como comportamientos engañosos de los adultos para seducir a menores en la Web, podría ser tipificado como delito si avanza en el Congreso de la Nación un proyecto presentado por diputados del Frente para la Victoria, que prevé reformar el Código Penal para establecer penas de prisión de uno a cinco años al que "falseando su identidad ejerza influencia sobre un menor de 16 años para conseguir que éste realice actos con connotación sexual, a través de Internet u otros medios electrónicos".

La pena, se estipula en la iniciativa suscripta por Miguel Angel Iturrieta y Lía Bianco (FPV-Misiones), será de dos a seis años de cárcel si, mediante la conducta descripta, se obtiene material pornográfico y éste se utiliza "para obligar al menor a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad".

La iniciativa viene a llenar un vacío legal, en momentos en que crece el riesgo de que chicos y adolescentes sean acosados online, a raíz de la explosión de las conexiones domésticas a Internet. Según el Indec, en junio pasado 3,3 millones de hogares argentinos tenían banda ancha, el triple de las conexiones que existían en 2006.

El problema comienza cuando el progreso tecnológico se conjuga con la falta de noción de peligro de los chicos y la ausencia de supervisión de los padres. Según un informe sobre el uso de seguridad en la Web, que presentó en marzo de este año Microsoft Argentina, el 75 por ciento de los menores de entre 14 y 18 años tomaron contacto con un desconocido en el chat; un tercio se encontró con él después de concertar una cita virtual y más de la mitad expresó que compartía sus fotos en la Web.

Otro estudio de Asociación Civil Chicos.net, dedicada a promover el uso responsable de las nuevas tecnologías, mostró que el 48,3% de los chicos de 15 a 18 años aceptan desconocidos en el MSN; lo mismo hace el 42,3% de los que tienen entre 12 y 14 años y el 17% de los que tienen entre 9 y 11. Según el relevamiento, realizado en 2007 y en 2008, el 32,5% de los consultados abren correos con archivos adjuntos enviados por desconocidos y el 37% usa la webcam para conocer y que lo conozcan personas nuevas.

Entre los adolescentes de 12 a 18 años, el 36% admitió que publica fotos suyas en poses provocativas. El 30% publica datos personales en su fotolog o página personal.

Paralelamente, el 49% de los entrevistados consideró que no era peligroso chatear con gente que no conoce, el 43% no ve riesgos en ir a una cita con una persona que se contactó por Internet o mensaje de texto y el 48% no percibe peligrosidad al aceptar desconocidos en su MSN.

Sin embargo, el 74% de los chicos reconocieron haber pasado por una situación desagradable en sus contactos virtuales. Las situaciones incómodas más referidas fueron: la agresión y el hostigamiento virtual de un par (el 26%), la apertura no deseada de páginas pornográficas o de prostitución femenina (el 21%) y la solicitud de fotos o datos por parte de un desconocido (el 14 por ciento).

Y, según un estudio del Ministerio de Educación de la Nación, todo esto ocurre sin que los padres se enteren. Una encuesta del ministerio arrojó que el 80% de los chicos navegan por Internet en soledad y que el 90% de los padres no regulan el uso de la Web en sus hijos, no creen en los riesgos que ésta pueda configurar y consideran que sus hijos son "responsables".

Los datos recolectados permiten concluir que no hay demasiados obstáculos para que los acosadores actúen y capten víctimas por Internet.

"Por el momento, solamente registramos algunas condenas por la materialización del abuso, no por el acoso en sí. O sea, actuamos al final de la cadena. Además de la falta de tipificación penal, es un delito de difícil comprobación. Muchas veces los pedófilos actúan desde máquinas públicas, en locutorios o en cibercafés. Podemos llegar a rastrear la PC desde la que se envió material pornográfico, pero no sabemos quién la usó. Sería muy útil obligar a los cíber a llevar el registro de visitas", explicó Julio César Castro, director de la Unidad de Investigación de Delitos contra la Integridad Sexual de la Procuración General.

La diputada porteña María Eugenia Rodríguez Araya (Pro) estudia redactar un proyecto de ley para regular ese aspecto de los cíber, mientras avanza en la Legislatura otro de su autoría para obligar al Poder Ejecutivo a elaborar un plan de prevención y erradicación del ciberacoso infantil o grooming y lanzar una campaña de difusión para el uso responsable de Internet.


Video: consejos para jóvenes sobre seguridad informática




link: http://videos.lanacion.com.ar/flash/player/embed_v4.swf?file=id=10730,215,

Consejos

No temer. Los padres no expertos en informática no deben temer; es su sentido común y su experiencia al momento de interactuar con otros lo que ayudará a sus hijos. Ante esta realidad, la Sociedad Argentina de Pediatría elaboró un Código de Navegación Segura, que puede visitarse en www.sap.org.ar .

Adiós a los virus. Actualizar el sistema operativo, tener un firewall, un antivirus y un antispyware activos para prevenir cualquier infección que podría llegar por una acción inocente de los chicos, sea por una trampa de phishing en un sitio fraudulento o un virus que llega por un archivo compartido por el e-mail o el mensajero instantáneo.

Apto para mayores. Es posible configurar los buscadores web para que sólo ofrezcan resultados aptos para mayores. Para Google esto se hace en www.google.com.ar/preferences?hl=es; para Bing, en www.bing.com/settings.aspx?ru=%2f&FORM=SELH; en Yahoo!, la página de configuración es http://ar.search.yahoo.com/preferences/preferences /.

Messenger. Microsoft permite que los padres administren los contactos del Windows Live Messenger de sus hijos con una herramienta gratis disponible en http://download.live.com/familysafety (el sitio está en inglés, pero la aplicación está en español).

Acceso limitado . Otra alternativa es limitar los sitios que los chicos pueden visitar, creando listas blancas de páginas que sus padres aprueban. La Nacion publicó en febrero pasado una serie de sitios para chicos.

Redes infantiles a prueba de intrusos

Las redes sociales infantiles suelen plasmarse en mundos virtuales en los que los niños encarnan diversos personajes. Entre los diez primeros mundos virtuales, según datos de la web especializada GigaOM, hay dos dedicados exclusivamente al público infantil. Para participar en alguna de estas redes, incluso en las adaptaciones en castellano, es necesario el permiso paterno, y los responsables de la Web la "patrullan" para garantizar que no haya intrusos. Aunque la ONU estima que hay unos 750.000 pederastas en Internet, las normas de estas páginas son muy estrictas para evitar cualquier maniobra de grooming, es decir, el acoso para conseguir datos o imágenes de menores.

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Es delito en varias partes del mundo
El grooming se castiga con fuertes penas en Alemania, Estados Unidos, Escocia y Australia


Los riesgos de que la Web pueda utilizarse como una herramienta de acoso y eventual abuso sexual de menores es un tema de preocupación a escala mundial.

Incluso, en algunos países de tradición liberal, ya existe legislación al respecto, porque el grooming (ciberacoso) es advertido como una amenaza muy grande, al contrario de lo que sucede en la Argentina.

Las amplias posibilidades de la Red, de todos modos, no hacen sencillo el hecho de poder regular el acceso a ciertos contenidos sin coartar las libertades individuales de los usuarios. Desde ese punto parten la mayoría de las normas aplicadas y las que están en discusión parlamentaria.

En Alemania se sanciona al que ejerce influencia sobre el menor por medio de la exhibición de ilustraciones o representaciones pornográficas, por dispositivos sonoros de contenido pornográfico o por conversaciones en el mismo sentido, con una pena privativa de libertad de tres meses a cinco años.

La legislación australiana también sanciona el uso de servicios de transmisión de comunicaciones por medios electromagnéticos para procurar que una persona se involucre, tiente, aliente, induzca o reclute en actividades sexuales a personas menores de 16 años con una pena de hasta 15 años de prisión.

En Escocia se contemplan normas sobre grooming , pero apuntan a lo que denominan "reunión con un menor de 16 años después de algunos contactos preliminares" a través del chat y contempla un tope de castigo de 10 años de cárcel.

En Estados Unidos las legislaciones dependen de cada estado. En el nivel nacional se prohíbe transmitir datos personales de un menor de 16 años con el fin de cometer un delito de carácter sexual.

En el estado de Florida, en 2007, se aprobó la ley de cibercrímenes contra menores, por la cual se sanciona a quienes se contacten con menores por Internet y luego sostengan encuentros con el fin de abusar sexualmente de ellos. La ley obliga a los delincuentes sexuales a registrar ante la policía sus direcciones de correo electrónico y los nombres que utilizan en los servicios de chat o redes sociales.

Según las definiciones de las legislaciones extranjeras, el grooming es un hecho preparatorio de un delito de carácter sexual más grave.

En América latina, Chile es el país más avanzado en legislación sobre el tema. En agosto pasado la Cámara de Diputados de ese país aprobó un proyecto que sanciona a quienes exijan a un menor de 14 años el envío, exhibición o la entrega de imágenes con significación sexual. Como también al que realice acciones de significación sexual ante un menor de 14 años o lo hiciera escuchar o presenciar estas acciones en forma presencial o a través de medios electrónicos a distancia.

El proyecto de ley estipula penas de 14 a 18 años, siempre y cuando haya violación, estupro o amenaza.

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Redes de pedofilia que reclutaban por Internet
El psicólogo Corsi espera el juicio oral


En julio del año pasado salió a la luz el caso del psicólogo Jorge Corsi, director del posgrado de la cátedra de Abuso Sexual de la Universidad de Buenos Aires (UBA), acusado de pertenecer a una banda de presuntos pedófilos, junto con Augusto Correa, Marcelo Rocca Clement y Pablo López Vidal, que reclutaban a menores por Internet.

Según fuentes con acceso a la causa, los menores que sufrían el abuso eran captados en cíber y casas de comida rápida en el barrio de Recoleta, donde reside el psicólogo, de 62 años.

Con el acompañamiento de sus padres, un adolescente de 15 años realizó una denuncia contra los procesados y se puso en marcha una investigación que incluyó escuchas telefónicas, rastreos de correos electrónicos y vigilancias encubiertas, que terminó en ocho allanamientos realizados en Barrio Norte y en Olivos.

El chico relató que conoció en una casa de comidas rápidas de Barrio Norte a dos jóvenes de unos 18 o 19 años que le propusieron ir a un locutorio. Allí lo tentaron con acceder a imágenes pornográficas, lo que era imposible desde el local donde lo reclutaron, que tenía computadoras, dado que éstas tenían filtros que impedían acceder a esas páginas web. Así lo convencieron de que los acompañara al departamento de uno de ellos, donde navegaron por páginas de contenido sexual.

El nexo entre el muchacho y sus nuevos amigos se prolongó, pero comenzó a cambiar cuando los jóvenes, que mantenían relaciones homosexuales entre ellos, lo invitaron a participar en esas prácticas. "Primero, con un rol activo, y luego, con un rol pasivo", describió uno de los investigadores policiales. A ese departamento, según la denuncia, concurría Corsi.

El psicólogo estuvo detenido en el penal de Marcos Paz hasta enero último. Está procesado por corrupción de menores agravada por mediar engaño, y espera en libertad el inicio del juicio oral.

Otro caso
El 10 de septiembre pasado, un hombre identificado por la policía como Ricardo Gervasio fue detenido en la ciudad de Mar del Plata luego de que el empleado del locutorio, al que concurría a diario, descubrió que enviaba mensajes y fotos de alto contenido erótico a niños a través del chat.

Según la denuncia, Gervasio se hacía pasar por una niña de 12 años, chateaba durante horas, ingresaba en diferentes sitios y apuntaba contactos en su teléfono celular, pagaba y se iba. La rutina se repetía todos los días. El empleado que lo descubrió presentó la denuncia y, luego de investigarlo por dos meses, la DDI de Mar del Plata lo detuvo en el locutorio Buen Día, en la calle Moreno.

Se supo que el hombre había cumplido una condena por abuso sexual de un menor en 2002.

En su vivienda le secuestraron varias prendas de menores de edad usadas.

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